Violencia espiritual/religiosa
Violencia psicológica y física con elementos de religión o espiritualidad. Esto puede ser, por ejemplo, burlarse o negar la religión o las necesidades religiosas mientras se fuerza la práctica de la religión. El maltratador o maltratadores pueden racionalizar y justificar sus actos de violencia con la religión, la voluntad de Dios o el castigo.
La violencia relacionada con la espiritualidad o la religión también incluye amenazas sobre, por ejemplo, la venganza sobrenatural, la venganza de Dios o del diablo, ir al infierno y el fin del mundo. También incluye intentos de suprimir la identidad, el estilo de vida y las opiniones de otro, manipulación y abuso de poder o posición dentro, por ejemplo, de una comunidad religiosa.
La libertad religiosa en el estado español queda amparado por la propia constitución española, así se expone en su artículo 16 “Se garantiza la libertad ideológica, religiosa y de culto de los individuos y las comunidades sin más limitación, en sus manifestaciones, que la necesaria para el mantenimiento del orden público protegido por la ley. Nadie podrá ser obligado a declarar sobre su ideología, religión o creencias”.
Asimismo, existe vigente la Ley Orgánica 7/1980, de 5 de julio, de Libertad Religiosa, que asegura los siguientes aspectos:
- No discriminación y libertad de culto: En su artículo primero y El Estado garantiza el derecho fundamental a la libertad religiosa y de culto
- Estado Laico: Tal y como se recoge en la constitución, y como en artículo 1.3 de la ley, ninguna confesión tendrá carácter estatal.
- Asegurar derechos fundamentales de confesión: En su artículo segundo se asegura que la persona tiene derecho tanto a confesión, como enseñanza, independiente de su religión. He aquí:
- a) Profesar las creencias religiosas que libremente elija o no profesar ninguna; cambiar de confesión o abandonar la que tenía; manifestar libremente sus propias creencias religiosas o la ausencia de las mismas, o abstenerse de declarar sobre ellas.
- b) Practicar los actos de culto y recibir asistencia religiosa de su propia confesión; conmemorar sus festividades, celebrar sus ritos matrimoniales; recibir sepultura digna, sin discriminación por motivos religiosos, y no ser obligado a practicar actos de culto o a recibir asistencia religiosa contraria a sus convicciones personales.
- c) Recibir e impartir enseñanza e información religiosa de toda índole, ya sea oralmente, por escrito o por cualquier otro procedimiento; elegir para sí, y para los menores no emancipados e incapacitados, bajo su dependencia, dentro y fuera del ámbito escolar, la educación religiosa y moral que esté de acuerdo con sus propias convicciones.
- d) Reunirse o manifestarse públicamente con fines religiosos y asociarse para desarrollar comunitariamente sus actividades religiosas de conformidad con el ordenamiento jurídico general y lo establecido en la presente Ley Orgánica
Formas de violencia espiritual/religiosa
Es esencial diferenciar entre el mal uso de la religión o la espiritualidad con fines dañinos y la práctica genuina de la fé, que promueve la paz, la tolerancia y el respeto hacia los/as demás. La violencia espiritual/religiosa puede manifestarse de diversas maneras:
Coaccionar o presionar para que te conviertas a una creencia religiosa en particular en contra de tu voluntad, a menudo mediante amenazas, intimidación o aislamiento.
Que te excluyan, marginen o nieguen derechos y oportunidades básicas por tu religión.
Que te hagan daño físico, psicológico o sexual bajo el pretexto de prácticas religiosas o espirituales, a menudo involucrando rituales o ceremonias extremas.
Participar en discursos de odio, incitar a la violencia o perpetrar actos de agresión contra personas o grupos debido a sus creencias o prácticas religiosas.
Negarte el derecho a practicar su religión elegida, imponer restricciones o participar en persecuciones basadas en la afiliación religiosa.
Explotar las creencias espirituales o religiosas de alguien para obtener ganancias personales, control o ejercer influencia indebida sobre ellos, a menudo mediante manipulación psicológica o engaño.
Justificar actos de violencia, incluido el daño físico, contra individuos percibidos como haber traído deshonra o haber violado normas religiosas o culturales.