TEPT (Trastorno de Estrés Postraumático) y traumatización
La Violencia de Género puede provocar un estrés traumático severo para las mujeres supervivientes: las mujeres que sufren violencia, sus familiares y muy especialmente sus menores experimentan una situación psicológica excepcional. Las explosiones de violencia y estresantes nos pueden desencadenar o exacerbar trastornos de salud mental, incluyendo reacciones agudas al estrés, depresión o trastorno de estrés postraumático (TEPT) a largo plazo. Han sido episodios muy fuertes, y recuperanos lleva de un proceso largo, pero estamos en el camino.
Recuerda que el ciclo del abuso (de E. Walker) erosiona la autoestima y altera las relaciones. Comprender el impacto es crucial para la prevención y el apoyo; así, te proponemos algo de información para que puedas detectar algunos síntomas, y si lo consideras y te ves con fuerzas habalrlo con una profesional:
Síntomas del TEPT
Los síntomas del TEPT varían; algunas mujeres experimentan síntomas persistentes mientras que otras permanecen libres de ellos. También es posible que los síntomas se manifiesten años después de la experiencia traumática. En algunos casos, los síntomas del TEPT pueden evolucionar hacia condiciones psiquiátricas, llevando a cambios permanentes en la personalidad y potencialmente a la discapacidad.
- Revivir el evento traumático una y otra vez (recuerdos y imágenes mentales recurrentes, sueños y pesadillas)
- Ansiedad
- Insomnio
- Adicciones a drogas o sustancias
- Fatiga
- Agotamiento
- Depresión
- Sentimientos de ira y culpa
- Dificultades de memoria y concentración
- Estar en alerta
- Aumento del estado de alerta
- Desesperación
- Insensibilidad
- Pasividad
- Apatía
- Pensamientos suicidas
- Arritmias, dolor en el pecho
- Hiperventilación
- Mareos
- Dolor de estómago
- Dolor de cabeza
- Temblores
- Trastornos alimentarios
La palabra "trauma" se refiere a heridas o lesiones emocionales causadas por experiencias como la muerte repentina de un ser querido, lesiones graves o la amenaza de tales eventos. En el caso de la violencia de género, hay una ruptura adicional de la confianza, ya que se espera que la persona violenta proporcione cuidado y seguridad.
La violencia de género puede llevar a un trauma psicológico, y haber vivido en la amenaza constante a la seguridad física, el miedo intenso, la falta de control y las situaciones abrumadoras. El estrés que percibe la mujer puede aumentar a medida que se acumulan más y más momentos violentos, debido a las experiencias interminables de violencia en la relación.
Como resultado, el impacto de la violencia en la mujer se vuelve cada vez más fuerte. Las mujeres a menudo describen un ciclo de violencia en el que son sometidas a un incidente tras otro: "Ni siquiera había superado la última agresión, cuando llegó la siguiente."
Muchas mujeres que han sostenido relaciones violenta de larga duración desarrollan depresión. Las mujeres acaban internalizando los mensajes negativos recibidos repetidamente de sus parejas abusivas: eres mala, inútil, nadie puede amarte, no eres lo suficientemente buena, etc., reforzando creencias de ser indigna, no amada o inadecuada. Buscar apoyo profesional conversacional es crucial para romper este ciclo.
Durante eventos traumáticos, el sistema nervioso humano activa la respuesta de lucha o huida, un mecanismo evolutivo de supervivencia. Esta reacción fisiológica ha sido profundamente arraigada en las mujeres que han sufrido Violencia de Género, y hacen que reaccionen rápidamente a amenazas externas.
En momentos de peligro, el sistema nervioso autónomo prepara el cuerpo para confrontar o escapar de la amenaza.
Los ataques de pánico desencadenan la misma respuesta fisiológica que las situaciones amenazantes. Sin embargo, los ataques de pánico pueden ocurrir aparentemente fuera de contexto, sin amenazas reales. Las causas exactas de los ataques de pánico son desconocidas, pero el cuerpo reacciona intensamente.
Los síntomas pueden incluir dificultad para respirar, sensaciones de restricción del aire, palpitaciones, temblores en las extremidades, sudoración, mareos, hormigueo y un fuerte impulso de escapar. Los ataques de pánico pueden evocar sentimientos de fatalidad inminente o confusión, con una sensación de desapego de la realidad. Los sentidos a menudo se agudizan mientras el cuerpo se prepara para las respuestas de lucha o huida.
SI has sentido o tienes algunos algunos de estos síntomas es normal que te sientas asusatda o angustiada, son episodios fuertes, pero lo importante es que lo has sabido detectar. Estamos en el camino de poder reforzar, acompañar y sentirnos más seguras. Si llegas hasta aquí y lo ves necesario siempre te puedes poner en contacto con una ayuda profesional.