Acoso
El acoso hace que las víctimas se sientan constantemente controladas y vigiladas por alguien, a menudo una pareja o ex pareja o alguien interesado en ellas. El acosador puede exigir conocer siempre el paradero de la víctima, vigilando de cerca sus movimientos.
El acoso implica atención, control, intimidación, contacto o acercamientos persistentes y no deseados que continúan a pesar de las peticiones de la víctima de que cese. Un acosador puede enviar docenas, incluso cientos, de mensajes diarios a la víctima.
La persecución puede impregnar todos los aspectos de la vida de una persona. Los hijos o los seres queridos de la víctima también pueden convertirse en objetivo del acosador. El acoso puede dar lugar a informes innecesarios de protección de menores, denuncias y repetidas acciones judiciales.
Diversos métodos de acoso
Los métodos utilizados pueden variar, pero siempre incomodan o incluso asustan a la víctima. El acoso puede causar un importante malestar psicológico y emocional y suponer riesgos físicos para la seguridad de la víctima. Es esencial reconocer los signos del acoso, documentar los incidentes, buscar protección legal y acceder a servicios de apoyo.
El acecho físico incluye seguir, espiar y observar a la víctima. También pueden producirse acciones invasivas, como instalar dispositivos de vigilancia o escucha en las pertenencias de la víctima (por ejemplo, bolso, ropa, equipamiento deportivo), coche o casa, o utilizar cámaras para invadir su intimidad.
El acosador puede mostrar evidencias de su acecho a la víctima apareciendo inesperadamente en lugares que ésta no debería conocer o acercándose constantemente a ella.
Son aspectos comunes del acecho. El acosador puede hacer abrumadoras declaraciones de amor, suplicar que se reconcilien, enviar mensajes excesivos o incluso presentarse inesperadamente en el lugar de trabajo de la víctima. Puede dejar caer pistas sobre su proximidad, creando una sensación de inquietud y temor por la seguridad de la víctima.
El acoso o la violencia digitales pueden consistir en piratear el correo electrónico, el teléfono, el ordenador, los servicios bancarios en línea o las redes sociales de la pareja. El agresor puede crear un perfil en las redes sociales y hacerse pasar por la víctima. La tecnología moderna puede ayudar al agresor a seguir muy de cerca a su víctima con localización GPS.
Es relevante tener en cuenta que el agresor puede publicar un anuncio de persona desaparecida en las redes sociales, aunque la persona tenga motivos serios para esconderse. Normalmente, el miedo a la violencia es una de esas razones. Entonces, personas con buena fe comparten el anuncio y ayudan al autor. Normalmente, si el post no sugiere ponerse en contacto con la policía, no debe reenviarse.
En Italia, el uso de la comunicación electrónica es una circunstancia agravante del acoso. En Francia, es una circunstancia agravante del acoso sexual. En Austria, el ciberacoso se menciona específicamente como una forma de acoso en el Código Penal.
Efectos comunes del acoso
El acecho es una forma grave y angustiosa de acoso que puede afectar profundamente a sus víctimas.
Demostrar el acecho puede ser difícil, ya que sólo la víctima puede comprender la verdadera intención de sus acciones. El acecho puede persistir durante años, y el agresor puede recurrir a otras personas para que le ayuden. Los efectos del acecho pueden ser profundos y duraderos para las víctimas.
Angustia emocional
El acoso puede provocar un intenso malestar emocional, como miedo, ansiedad, depresión, pánico y preocupación constante. Las víctimas pueden experimentar una pérdida de control y una sensación de estar constantemente al límite.
Impacto psicológico
El acoso puede afectar significativamente al bienestar mental de la víctima. Pueden desarrollar síntomas de trastorno de estrés postraumático (TPT), como pensamientos intrusivos, pesadillas y escenas retrospectivas. Las víctimas también pueden experimentar baja autoestima, vergüenza y pérdida de confianza en los demás.
Problemas de salud física
El estrés y la ansiedad causados por el acoso pueden manifestarse en síntomas físicos, como insomnio, dolores de cabeza, problemas digestivos y compromiso de la función del sistema inmunitario.
Aislamiento social
El acoso suele provocar aislamiento social, ya que las víctimas pueden alejarse de amigos, familiares y actividades sociales por miedo y por la necesidad de protegerse. También pueden sentirse reacias a revelar su situación por vergüenza o temor a ser creídas.
Alteración de la vida cotidiana
El acoso puede perturbar diversos aspectos de la vida de la víctima, como el trabajo, la educación y las relaciones personales. Puede provocar dificultades de concentración, disminución de la productividad y tensiones en las relaciones con la familia, los amigos y la pareja.
Consecuencias financieras
Las víctimas de acoso pueden sufrir consecuencias económicas, ya que pueden tener que trasladarse, cambiar de número de teléfono o tomar otras medidas para garantizar su seguridad. Los honorarios de abogados y los gastos de terapia también pueden añadir carga en este sentido.